Un potente plástico generado gracias a un hongo mexicano
01 Mar 2016
1 marzo 2015
En México se ha descubierto un potente plástico que elimina metales pesados y contaminantes de suelos; que se obtiene a partir de un hongo autóctono del noroeste mexicano. Al buscar microorganismos autóctonos de la región noreste de México; se encontró un hongo nativo del estado de Nuevo León que es capaz de producir plástico. Una de las peculiaridades de este material es su capacidad de eliminar metales pesados y contaminantes de suelos y mantos acuíferos. Este material ya ha sido probado con éxito a nivel de laboratorio y se ha dado a conocer en un artículo publicado en la prestigiosa revista estadounidense ‘PLOS One’ por el grupo del doctor José Rubén Morones Ramírez; profesor investigador en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Antónoma de Nuevo León (UANL).
De acuerdo con los investigadores; este microorganismo ha sido capaz de sobrevivir en altas concentraciones de metales pesados; como las que se encuentran en algunas regiones del río Pesquería; debido a que ahí desembocan aguas residuales de diferentes industrias. ‘El hongo es del género Rhodotorula y es una especie de mucilaginosa. Éste ha logrado desarrollar mecanismos de supervivencia para desarrollarse y crecer en este tipo de agua contaminada. Uno de los mecanismos más interesados es la producción de un plástico que permite pegarse a metales y distintos contaminantes para posibilitar microambientes con condiciones óptimas para sobrevivir’; explica el doctor José Rubén Morones Ramírez; lider del equipo de investigación que hizo el hallazgo; y actualmente también; director del nuevo Centro de Investigación en Biotecnología y Nanotoxicología (CIByN) de la UANL.
Posteriormente; el equipo de la Facultad de Ciencias Químicas de dicha universidad empezó a investigar cómo podrían producir cantidades cuantiosas de plástico para una posible aplicación a gran escala en el sector ambiental. ‘Cuando nuestra cepa crece en condiciones de estrés sobre una placa de agar en donde hay metales pesados; empieza a verse en los bordes de esa colonia el plástico que está segregando. Éste plástico lo libera como mecanismo de supervivencia para crecer en condiciones adversas; como la presencia de un metal o un contaminate’; afirmó el Dr. Morones.
El producto ya puede utilizarse exitosamente en situaciones que no requieran cantidades muy grandes de plástico. El siguiente paso será optimizarlo para producirlo a gran escala; y en eso actualmente trabaja el grupo de investigadores de la UANL. El doctor Morones actualmente investiga; junto con sus alumnos de posgrado; otras aplicaciones diversas; las cuales involucran su uso en el sector salud.
Físicamente este hongo es redondo; microscópico; muy rojo y mide entre una y dos micras de diámetro. En el laboratorio; los investigadores lo hacen crecer dentro de una gelatina que contiene todos los nutrientes necesarios. Al crecer; cada una de las cepas se divide y crea colonias; como si se formara un borde de hongos. Al hongo se le puede estresar al someterlo a diferentes condiciones de concentración y tipo de metales pesados; pH; agitación y diversas fuentes de carbono. En este estudio se encontraron dichas condiciones óptimas y se observó un incremento en la producción de plástico de hasta un cien por cien; a diferencia de cuando no está en condiciones de estrés.
El equipo de investigación de la UANL ya caracterizó todo el plástico de manera física y química y; a su vez; determinó su morfología con el fin de ver qué otras aplicaciones podría tener el plástico. El doctor Morones detalla que en el área ambiental se dieron cuenta que no sólo elimina metales; sino que también los grupos funcionales con los que cuenta absorben colorantes; que son una gran problemática en los mantos acuíferos y suelo. ‘Vimos que estos plásticos absorben los colorantes de una manera impresionante y muy eficiente. El plástico los absorbe y el agua con el tiempo se comienza a clarificar. Hicimos el experimento en azul de metileno; el líquido se clarificó y el plástico se puso azul al absorber una gran mayoría del colorante’.
Los investigadores sólo necesitan un litro de agua para poner los nutrientes y que el hongo empiece a crecer. Después de un par de días; se ha conseguido plástico suficiente y se puede hacer la separación del mismo.
Fuente: Agencia Iberoamericana para la difusión de la ciencia y la tecnología